La fecha tradicional que los historiadores asignan a la fundación de la ciudad de Roma es 753 a. C. Los historiadores romanos calculaban el tiempo a partir de ese hecho, designando tal o cual año
ab urbe condita,
o a. u. c. («desde la fundación de la ciudad»). Así pues, el año 1 d. C. sería 754 a. u. c, 1000 d. C. sería 1753 a. u. c, 1492 d. C. sería 2245 a. u. c. y así sucesivamente. Todas las fechas empleadas en este libro son a. u. c. y no deben confundirse con las fechas del sistema seguido en el mundo cristiano.
No hay ningún poder, sobre la faz de la Tierra capaz de resistir la acometida del Imperio Romano. Así es, así ha sido y así será.
Mediante la fuerza bruta, el terror y el impulso de una voluntad indomable, los ejércitos romanos han sometido a todo un mundo. Durante miles de años, desde el reinado de Maximiliano El Grande en el año 1203 a.u.c. hasta una nueva era de desarrollo científico y fascinantes avances tecnológicos, incontables enemigos y oportunistas han tratado de enfrentarse al Imperio. Pero lo único que han conseguido ha sido morder el polvo bajo las botas implacables y despiadadas de Roma.
Hay, sin embargo, un grupo de gente que sufre y que resiste en la sombra a lo largo de muchos siglos de opresión, gente que sueña con el glorioso día, cada vez mas cercano, en la que los cielos abrirán a ellos para que, sobre los barcos que construyeron en secreto, puedan protagonizar el gran Éxodo hacia las estrellas.